#172
Esta semana te descubro un refugio de alta montaña espectacular en Eslovenia, un refugio oculto junto a un lago en Noruega y una columnista de Vogue que construye su cabaña soñada en los bosques.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Sigo inmersa en el mundo de los faraones egipcios, ya casi llegando al final de mis vacaciones, con grandes madrugones pero con stendhalazos todo el rato. Por Instagram voy contando las aventuras, por si a alguien le apetece cotillear.
Para aquellos detractores de los exploradores web habituales, Opera (fui muy fan hace unos años, pero ahora adicta a Chrome, qué le vamos a hacer) ha lanzado Air, centrado en el bienestar digital. ¿Un browser cabañil? Su propuesta es la de convertir al navegador en una herramienta que nos ayude a desconectar mentalmente, con funcionalidades para descansar cada cierto tiempo, hacer ejercicios de respiración y concentración... Yo firmo.
Empezamos.
Los refugios de montaña muchas veces son una odisea de problemas en su construcción. Hace tiempo que tenía ganas de enseñarte esta cabaña situada en el pico Kanin, Eslovenia, en la frontera con Italia. Su ubicación no es casual, ya que durante la Primera Guerra Mundial fue uno de los focos del frente de batalla, y es uno de los principales puntos de montañismo de la zona. Sus espectaculares vistas de 360 grados sobre Eslovenia e Italia llegan hasta el mar Adriático.
Diseñada por el equipo de OFIS arhitekti, el reto consistía en colocar este refugio en un lugar remoto para estudiar su respuesta a las condiciones meteorológicas extremas (nieve, cambos de temperatura, deslizamientos de terreno…), allí la capa más dura de nieve puede durar más de medio año y con más de diez metros de nieve. Una solución práctica para adaptar la arquitectura de manera más específica al clima. El lugar donde se encuentra es solo accesible via escalada o en helicóptero, de ahí que la mayoría de los materiales y estructura se trasladaran por aire limitando el peso de la construcción. Se pensó desde un punto de vista sostenible, respetando los recursos naturales, el entorno y minimizando el impacto de la huella de carbono en el suelo y la zona.




Esta cabaña de invierno está formada por un volumen de madera compacto de 9,7 metros cuadrados con una gran ventana panorámica al frente. Descansa sobre un voladizo, afectando mínimamente a la roca y donde pueden dormir hasta nueve alpinistas al mismo tiempo.
El asentamiento y la construcción fueron un desafío; para ello colaboraron los servicios de aire de las fuerzas armadas eslovenas y hasta el tercer intento (por culpa del mal tiempo), no pudieron colocar con éxito el refugio.
Puedes ver más en la web de los arquitectos.
Compartí este treehouse hotel en el primer especial de viajes en 2021, y creo que es una buena excusa recordarlo ahora que han inaugurado nuevas cabañas con vistas a los fiordos. Woodnest comenzó su andadura en los bosques noruegos con una historia de amor, la de un noruego que se enamoró de una australiana a la que le prometió construirle una casa en el árbol para pedirle que se casara con ella. Y así fue.
A diez metros sobre el suelo, estas cabañas sostenibles de madera ofrecen una conexión muy íntima con la naturaleza. El lugar perfecto para desconectar de la vida cotidiana, de la productividad, del tráfico de la ciudad. Una experiencia de esas para repetir de vez en cuando.
Puedes reservar en su web.
Si te gusta lo que lees puedes apoyar mi trabajo. Para ello he habilitado las suscripciones voluntarias: siempre vas a leer todo, te suscribas o no, pero si lo, tendrás mi amor eterno y contribuirás a que esta cartita siga teniendo esa calidad y cariño que ves cada semana. Además, y como agradecimiento, recibirás en tu email la primera guía en español de escapadas cabañiles en España y Portugal:
Maurice Utrillo, Guinguettes in Robinson (1910). Óleo sobre lienzo.
Gisele Azad es columnista en Vogue en Países Bajos y mi más reciente envidia porque ha hecho su sueño realidad y está terminando de construir una cabaña (verdaderamente bonita) en los bosques holandeses. Va documentando el proceso en Instagram:
Cuando cumplió treinta años, decidió —junto a su pareja— dejar su trabajo (todo un atrevimiento salvo si tienes unos buenos ahorros), vender sus pertenencias, su casa y comprar una pequeña cabaña en mitad del bosque para restaurarla y convertirla en su principal residencia. Durante dos años ha trabajado la madera, artesanía, diseñado el interior, y el resultado está siendo de esos de flechazo.
Me gusta muchísimo Mariana de Delás. Hace unos meses salió por aquí, y hoy la vuelvo a traer con un proyecto en colaboración con Gartnerfuglen arkitekter. Un escondite construido en una pendiente junto a un lago en el sur de Noruega. Un lugar de ubicación secreto al que solo se puede acceder en barco en verano y esquís en invierno cuando el lago está congelado (¿no recuerda un poco a esa aventura walden de Wittgenstein?).
El lago era propiedad de una familia, que tiene la granja cerca y que lo utiliza para pescar, nadar o acampar; pero debido a la ley noruega del derecho público al acceso (cosa que también sucede en Escocia) ya no podían tenerlo en exclusividad, así que, en ese deseo de volver a conectar con la naturaleza y sentirse off the grid, sin cobertura ni Internet, se construyó una cabaña detrás de una roca, oculta a la vista.
Un proyecto muy interesante y que nos ayuda a reflexionar un poco más sobre el uso del espacio natural y del que puedes leer más en su web.
En la cabaña, de Gabrielle Filteau-Chiba, es una de mis últimas adquisiciones para documentarme y leer sobre experiencias cabañiles. En palabras de su autora:
«Este libro es fruto de mis noches insomnes al lado de la estufa, cuando la imaginación rozaba lo real, el frío mordía y el equilibrio era frágil».
En este relato, narra la experiencia de Anouk, la protagonista, durante un mes de enero, profundo invierno, en una pequeña cabaña cerca del río Kamouraska en Canadá. Un diario de su supervivencia y su adaptación al medio natural.
Edita Editorial Minúscula.
Notas de esta edición: el cuadro de esta semana refleja las guinguettes, unas casas en el árbol popularizadas a finales del siglo XIX a las afueras de París y por la que pasaron personalidades de la época (desde Napoleón a Dickens) y fueron inmortalizadas por Renoir y otros impresionistas. En la edición #95 te conté su historia por si quieres leerla:
Ese refugio en Eslovenia me fascina y me aterra a partes iguales. Tiene que ser flipante pasar allí un par de días, pero visto desde fuera, cuesta creer que sea 100% seguro :).