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Un refugio escondido en Islandia para ver la aurora boreal. La casa del retiro de Emilio Ambasz a las afueras de Sevilla. La imposible cabaña de Wittgenstein en el acantilado de un fiordo noruego.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
En la Toscana italiana hay una librería muy pequeña en medio de la montaña, rodeada de verde, y que es una fantasía.
Empezamos.
Este refugio en Islandia lleva años siendo una de las favoritas en mi colección cabañil. Fue construida en el año 2014 y tiene 68 metros cuadrados, un espacio perfecto para las auroras boreales.
Se encuentra en un paisaje áspero de poca vegetación y cercano al volcán Hekla. Una de las principales ideas del proyecto fue reforestar la zona y cuidar la vegetación autóctona para proteger la superficie.
La casa se construyó aprovechando las ondulaciones de la parcela, escondiéndola a simple vista. Inspirado en las construcciones tradicionales de los siglos IX y X con tejados de tepe (césped) llamadas langhús. Su forma es ovalada también, siguiendo la forma de la duna con un marco de hormigón y manteniendo esa idea de arquitectura más orgánica y en armonía con el paisaje.
El interior está abierto, con la cocina y el salón en el corazón de la vivienda, y en los laterales las áreas más privadas y la entrada. Toda la fachada principal se encuentra acristalada para visualizar el volcán y las vistas y poder aprovechar al máximo las horas de sol.
El suelo de hormigón pulido está acabado con terrazo que deja ver algunos fósiles y fragmentos de caracoles, en contraste a la madera de roble de las paredes. Cuenta con una estufa de leña para mantener el calor durante los duros inviernos.
Otoño en la playa gallega, en el corazón de las Rias Baixas, menudo plan. El alojamiento de cabañas de Xarás cuenta con cuatro refugios de madera con jacuzzi, bañera de acero, cocina y grandes ventanales para disfrutar del paisaje. Como ellos dicen, corazón de madera, vistas atlánticas.
Puedes reservar en su web.
Edward Hopper, House with Dead Trees (1932). Acuarela en papel.
El filósofo Ludwig Wittgenstein tenía una gran pasión por la arquitectura. Pensaba que esta disciplina podía determinar también el pensamiento, y es por eso que fue un arquitecto aficionado. Diseñó una casa para su hermana en Viena, avalada por el mismísimo Adolf Loos.
Pero como buen pensador y escritor, tuvo su propia cabaña. Para él, el aislamiento era necesario por encima del disfrute del paisaje (que era lo que hacía Thoreau), esa soledad escogida para crear era básica. Por eso, construyó su pequeña cabaña encima de un acantilado junto al fiordo de Sogne (Noruega), en el año 1913, abandonando la que era su casa hasta el momento, Cambridge. Era de madera, muy al filo del borde de la montaña, y solo tenía lo necesario: una mesa con algunas sillas, un pequeño hornillo para cocinar, una lámpara de aceite y un colchón para dormir.
A unos setenta metros de altura, era solo accesible en barca o caminando por el lago helado en invierno. Incluso ideó un sistema de poleas para subir agua y víveres hasta la casa. Hace unos años se reconstruyeron los restos de la cabaña y se abrió el acceso al público para visitas.
Es cierto que esta casa no es una cabaña en el sentido estricto, pero sí que cumple con esa regla de espacio en equilibrio con la naturaleza y refugio para desconectar de la ciudad. Además, forma parte de la historia de la arquitectura. Construida por el arquitecto Emilio Ambasz en 1975 en un campo de olivos a las afueras de Sevilla, la Casa de Retiro Espiritual es la escapada de fin de semana para una pareja con sus hijos.
Está inspirada en la tradición andaluza, con patio central, pero de repente se convierte en un refugio en equilibrio con la naturaleza, con el paisaje y con la propia tranquilidad del que la habita. Está cavada en el terreno, como una cueva, y el balcón, alzado varios metros sobre el suelo, define su arquitectura.
Ana Flecha me envió hace poco un par de libritos que han sido una delicia para esa estación. Uno de ellos es En las ruinas crecen plantas y otras cartas desde la naturaleza griega, escrito por Beatriz Cárcamo Aboitiz. Descubrir Grecia a través del paisaje, más allá del parque temático de Atenas y el turismo. De sus montañas, sus personas, sus plantas y animales.
La edición, además, es una belleza, y muy bien cuidada.
Edita Mr. Griffin.
Esa librería en la Toscana es un sueño total!
Has estado ahí? Es de cuadro 👏🏻