#171
Esta semana: mi último flechazo, una cabaña inspirada en un sombrero. Un hotel sacado de Twin Peaks si lo hubiera dirigido Wes Anderson. Una de las obras más espectaculares de James Turrell.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Mientras lees esta newsletter yo estaré por fin celebrando que enero, el mes más largo de la historia, se ha terminado y estaré en un vuelo dirección a El Cairo donde me esperan diez días de momias, pirámides y jeroglíficos. No es una cabaña, lo sé, pero es mi particular desconexión del mundo. Mis primeras vacaciones desde 2018. Sí, lo sé, son muchos años. No soy workaholic, es que la vida, ser autónoma y la pandemia pasaron por encima de mi existencia.
Por supuesto, ni esta semana ni la que viene podía dejarte sin tu dosis semanal de cabañas, que por mucho que yo me haga este descanso, el detox digital cabañil siempre estará disponible.
Recuerda que sigues teniendo la Guía de escapadas cabañiles de España y Portugal a un precio reducido hasta el domingo, aquí. Y que, con ello, contribuyes a apoyar y dar cariño a esta newsletter semanal y a mi trabajo. Gracias siempre.
Empezamos.
Me gustan los refugios que se salen de la norma, esos que se inspiran en lo tradicional pero que, de repente, son otra cosa. Hee House es una de esas cabañas que te sorprenden por fuera, sobre todo por dentro. Se ubica al oeste de Gotemburgo (Suecia) y sus menos de cincuenta metros cuadrados la convierten, también, en todo un ejemplo de aprovechamiento de espacio y calidez. Es la casa de una pareja de arquitectos que, además, la han diseñado, dando rienda suelta a esa creatividad que a veces no pueden tener en su trabajo.
Parece una casa con sombrero de pico, su tejado de aluminio a dos aguas es tan característico que destaca entre toda la estructura rodeada de montaña. Y no es casualidad lo que digo del sombrero, ya que está inspirada en los sydväst, ese sombrero a modo capucha tan típico de los pescadores que protege de la lluvia.
La vivienda está sostenida desde el suelo por diecisiete delgadas columnas que se alzan sobre el terreno para dejarlo intacto y protegido, era importante para ellos no interferir en el hábitat y poder relacionarse con el entorno de una manera equilibrada y sostenible. La fachada, en contraste con el tejado, está revestida de madera de origen local y protegida, por lo que requiere poco mantenimiento durante el año.




El interior está dividido en la zona privada, con los dormitorios, y una zona central abierta que alberga la cocina y el salón, con grandes ventanales pensados para disfrutar las vistas. De esta forma, en un volumen tan reducido (de 7x7 metros cuadrados) ganan en eficiencia y funcionalidad, optimizando al máximo el espacio.
Puedes saber más del proyecto aquí.
Check in es la newsletter sobre hoteles de Juan Andrés Milleiro, un pequeño oasis donde encontrar novedades, historias y noticias sobre este mundo. El domingo, habló de cabañas y de un par de iniciativas superinteresantes dentro del panorama de alojamientos en la naturaleza. No te la pierdas:
Y aquí es donde entra la escapada de la semana: Field & Stream, un hotel en plena naturaleza asociado a la revista del mismo nombre, que es una biblia del ocio en el aire libre para los estadounidenses. Este retiro en Montana está pensado para esos amantes de la naturaleza y el deporte de aventura (caza, pesca, esquí, senderismo). Su interiorismo es una mezcla entre el Great Northern hotel de Twin Peaks y cualquiera de las películas de Wes Anderson. Así que si estás planeando una visita al norte de Estados Unidos, esta es parada obligada.
Puedes ver y reservar aquí.
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Maxfield Parrish, Moonlight Night: Winter (1942). Óleo sobre papel.
Uno de mis artistas favoritos es James Turrell. Sabe jugar como nadie con la luz y el espacio, convirtiéndolos en una historia propia. Es una pasada como sus obras (casi siempre en el exterior) te trasladan a mundos alternativos, te desconectan, te hacen desaparecer de donde estás.
En 1990, dentro de su serie Skyspaces, entre las que se encuentra, por cierto, una de sus obras más bonitas —y mi favorita— en la Fundación NMAC de Vejer de la Frontera, diseñó Irish Sky garden, una descomunal instalación que enmarca el cielo y transforma la luz. Ubicada en Liss Ard, en el condado de Cork (Irlanda) está formada por un enorme cráter eclíptico con paredes curvas que rodean un óculo abierto al cielo. Inspirado en la cultura celta, egipcia y maya, en el centro, una losa de piedra invita al visitante a recostarse y mirar hacia arriba, convirtiendo el cielo en una imagen contenida dentro de un marco.
Con un presupuesto de medio millón de euros, esta obra de Turrell juega con la percepción del espacio. El cielo se convierte en algo tangible, ya que este agujero en forma de jardín nos aísla del resto del mundo, generando una experiencia inmersiva y de relajación, casi como de meditación.
Irish Sky Garden es una obra pensada para ser experimentada. Su propósito es hacer que el espectador tome conciencia de cómo percibe la luz y el color, creando una conexión más profunda con el entorno y con la propia percepción del tiempo y el espacio.
Esta cabaña. Todo en ella:
Si no lees la newsletter semanal de la Editorial Anagrama no sé a qué esperas, es un pozo de sabiduría y felicidad literaria con pequeñas dosis de historias. Ahí he descubierto esta semana, el nuevo libro que estará en las estanterías de nuestra biblioteca. Orbital de Samantha Harvey es una historia espacial, narrada a cuatrocientos kilómetros de la Tierra.
Un grupo de seis astronautas lleva a cabo una misión rutinaria en la Estación Espacial Internacional. Todos deben informar sobre sus cefaleas; todos se acercan en algún momento a las ventanas de observación y fotografían los lugares que les han sido asignados; todos cambian los detectores de humo, limpian el baño y la cocina, arreglan el inodoro. Y luchan contra la disipación de sus cuerpos para no volver a casa con los huesos frágiles y débiles como corderos. Cada uno de ellos pasará en la estación seis meses, más de ciento ochenta días en los que darán unas dieciséis vueltas diarias a la Tierra. En las más de cuatro mil horas que vivirán en el espacio reflexionarán acerca de qué los ha llevado a ser astronautas y hasta qué punto lo que están viviendo ahora se parece a lo que habían imaginado entonces.
Además recibió el prestigioso premio Booker en este pasado 2024. Edita Anagrama.
Ay que has sacado una cabaña en Washignton, yo estuve por esa zona... tengo que volver. Me pareció el sitio más maravilloso del mundo. Lejos de todo.