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Volvemos con las pilas cargadas: una cabaña de espíritu brutalista en Suecia. La Biblioteca Walden se hace realidad. El desafío de la gravedad en una cabaña en California.

Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.

Pero qué ganas que tenía de volver a decir eso. Dos meses son mucho tiempo sin cabañas. Espero que hayas tenido buenas vacaciones, o vacaciones en general, que no ha sido mi caso. Un verano de mucho trabajo, calor y sobre todo una protagonista: la humedad. Así que nunca había deseado tanto, tanto, la rutina del otoño y la chaqueta.

Bienvenidxs a las más de 200 personas que este verano se han unido al club, espero que disfrutéis de esta píldora cabañil cada semana.

Este nuevo curso El Club de la cabaña va a venir cargado de novedades, empezando por la primera: La Biblioteca Walden ha cobrado forma y ahora puedes revisar todos los libritos que han salido en las ediciones pasadas en una página especial, que se irá actualizando cada semana (más de un centenar, que no está nada mal). La versión móvil aún no va perfecta, pero poco a poco.

Pero a lo que vamos, que sé que estás deseando hacer una pausa de diez minutos en el trabajo y zambullirte en una nueva edición cabañil para salir de la rutina.

Empezamos.

Volvemos a la rutina con una pequeña cabaña de presupuesto reducido en Suecia, en la isla de Gotland. Una casita de verano para una familia que quería disfrutar del bosque y el buen tiempo durante las vacaciones.

El refugio está construido en hormigón, sorprendentemente sin madera, ya que no es un material dominante en la zona y se quería economizar al máximo el gasto y minimizar también el impacto ambiental. De esta manera, tiene un toque tradicional pero brutalista y lleno de detalles. Cuatro grandes ventanales —que también actúan como puertas— se colocan en cada fachada para iluminar el interior y comunicarse con el paisaje.

El interior es abierto y está formado por dos volúmenes que separan la zona para dormir del social. Alrededor de ellos se configura toda la vivienda, desde la cocina al salón. Hay una chimenea integrada y moldeada in situ para aprovechar el espacio y que, durante el invierno, calienta uniformemente todo el lugar. Los muebles están hechos a medida con materiales reciclados de la propia construcción.

Esta sencilla cabaña de vacaciones en Hamra es un ejemplo de sostenibilidad y economía de materiales (y presupuesto) con un resultado muy acogedor y en equilibrio con el medio.

¿Necesitas vacaciones de las vacaciones? Una escapada de septiembre a esta cabaña en A cerca de Plasencia es el plan perfecto. Desconectar siempre es una buena idea, y con el otoño tocando a la puerta, es el lugar ideal. Entre robles y olivares, este refugio de madera es íntimo y disfrutable.

Puedes reservar aquí.

Vittorio Giardino, Vacanze fatali (1991).

The Mistery Spot es una atracción turística muy curiosa que se encuentra en Santa Cruz, California. Probablemente a una persona muy aburrida le pareció que era una buena idea crear una casita de madera donde se desafiara a la gravedad. Inaugurada en 1939 por George Prather, mecánico e inventor, que en realidad no es más que una ilusión visual debida a la inclinación de la colina donde se sitúa la cabaña. En 2014 se designó Monumento Histórico de California.

Y como no podía estar exenta de teorías conspiranoicas absurdas, pues hay algunos que dicen que esa gravitación extraña es debida a un meteorito o hasta a un campo magnético desconocido y misterioso.

Shigeru Ban es un arquitecto japonés famoso por trabajar con el papel como material de construcción. Esta casa para un poeta, con su cabaña-biblioteca, fue su primer edificio realizado con esta técnica (en 1991). Las estanterías forman las paredes y ayudan a absorber el viento, permitiendo que el papel sea una buena estructura. Los tubos de papel que la sostienen tienen 10 centímetros de diámetro y doce milímetros de grosor, y se crearon para dar forma al edificio. Toda una obra de ingeniería (y de arquitectura).

Compré el libro por el título y luego me lo leí en un par de tardes calurosas y húmedas de agosto. Qué título más adecuado para este verano. Un verano sofocante. Escenas de la vida literaria londinense en 1846 de Alethea Hayter es una oda al estío londinense del siglo XIX y personajes destacados de la época.

Junio de 1846. Mientras Londres languidece bajo una ola de calor (la insolación ataca, la carne se pudre y el hielo es un bien muy codiciado), un glamuroso círculo de escritores y artistas pasan el verano bebiendo, cenando y opinando.

Elizabeth Barrett tiene un amante secreto: el poeta Robert Browning, que planea su fuga con ella a Italia; Keats deambula por Hampstead Heath; Wordsworth visita el zoológico; a Dickens le intriga el célebre enano Tom Thumb; los Carlyle organizan una cena para una adinerada novelista alemana mientras atraviesan una crisis matrimonial. Pero cuando el visionario pintor Benjamin Robert Haydon se suicida, sus vidas entrelazadas comienzan a girar en torno a la tragedia.

Una de las primeras biografías grupales, esta obra memorable de Alethea Hayter es un animado y rico mosaico que marcó un hito en la no ficción narrativa y resulta hoy igual de vívido, ingenioso y atractivo que en 1965, cuando se publicó originalmente.

Edita Taurus.

Recuerda que puedes ponerte al día de ediciones pasadas en el archivo, y escuchar la banda sonora del club aquí. Y que si te apetece contarme algo puedes enviarme un email.