La cabaña en la que querríamos vivir (#1)
El paraíso estaba en Australia: una cabaña de inspiración amish y japonesa y una conexión con el paisaje que la convierten en el lugar perfecto para retirarse.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Estamos de estreno, primer domingo de newsletter especial. La cabaña en la que querríamos vivir es ese refugio idílico y perfecto al que probablemente te mudarías con los ojos cerrados, seguro. Pero, como no siempre es factible tirarse a la piscina y conseguir ese sueño, podemos inspirarnos en ella y buscar las mejores ideas para nuestra propia casa y, por qué no, nuestra futura cabaña.
Empezamos.
Gippsland es una gran región rural cerca de Melbourne que se extiende por gran parte del sur australiano. Rodeada por una cordillera de montañas, zonas turísticas y bosques de árboles muy antiguos, parece el entorno perfecto para una cabaña. Y así es. La cabaña Ross Farm de la diseñadora de interiores Andrea Moore se encuentra en este idílico enclave. Inspirada en las antiguas casas de baños japonesas y con un toque amish y tradicional, este refugio ha sido construido y diseñado por los propios dueños. La combinación perfecta de diseño, funcionalidad y artesanía en completo equilibrio con el paisaje.
La idea de esta cabaña estaba decidida desde los cimientos: un espacio para la tranquilidad y el descanso. Reformaron una antigua granja lechera de madera construida en los años ‘60, dando un nuevo significado a la estructura y estableciendo tres áreas independientes para vivir. Todos los materiales que se han utilizado provienen de proveedores locales, reduciendo la huella de carbono y su impacto en el medio ambiente, a la vez que mantiene la herencia del lugar en el que se encuentra.
En el interior, colores oscuros en las paredes y suelos con texturas naturales, que se conectan inevitablemente al bosque y los árboles del exterior, para hacer aún más homogénea la relación del hombre con el paisaje. La mayoría del mobiliario está diseñado por la propia Andrea, reciclando madera de cedro local. Destaca el baño, en madera de ciprés e inspirado en los ofuros y los onsen (en Japón, los baños de las casas y los que están al aire libre, respectivamente), rescatando lo mejor de ambos. Por otro lado, la decoración tiene un espíritu nórdico pero también muy tradicional, sacado de las casas amish del siglo XIX, generando un ambiente muy acogedor y familiar.
La cocina es uno de los espacios más sorprendentes de toda la cabaña. Pequeña pero pensada con mucha inteligencia para ser práctica. Es de Ikea y combina a la perfección el estilo oscuro y elegante del resto de las estancias, con un toque en latón dorado, hormigón visto y madera.
La combinación de estos estilos dota de una personalidad propia, rural y a la vez elegante y contemporánea, convirtiendo la vida en el campo en algo moderno y confortable. Una cabaña, sin duda, de esas a las que te mudarías con los ojos cerrados y sin mirar atrás como decíamos al principio de la newsletter.
Esta cabaña tiene un evidente espíritu nórdico. Desde el color de las paredes a la decoración, repasamos y nos inspiramos en sus principales tendencias para copiarlas en casa.
El color
El verde inglés es el verdadero protagonista de la cabaña. La conexión del interior y el paisaje se unifican en este tono oscuro y cálido en sus paredes. El Velvet verde Inglés de Crea decora recicla nos traslada a la perfección a este lugar, con un tono hiedra oscuro sencillo de aplicar en cualquier rincón de casa, dando ese toque cabañil al espacio.