El cuestionario cabañil: Paloma Abad
Paloma, mi editora de libros favorita, mi dealer de belleza particular y una de las gallegas a las que más quiero. Su cabaña, en la montaña con un sendero hacia el mar, perfección cabañil asegurada.
Me hace mucha ilusión que el día de mi cumpleaños (felices 42 para mí ✨) sea Paloma Abad la persona elegida en la entrevista cabañil. Y como regalo en mi día, esta entrevista la dejo en abierto para que podáis disfrutar de ella. De Paloma puedo contar muchas cosas, como que para mí, es uno de los referentes en España en el mundo de la belleza. De Vogue a Harper's Bazaar, pasando por su maravillosa newsletter Pretty in Pretty out, si quieres saber lo que se mueve dentro de lo beauty, sin complejos, con un punto de vista independiente y sin clickbait, esa es ella. Además de este currículum bellísimo, hace un año que se inició a la aventura de los libros, como editora en Debate y Taurus, y os puedo decir que es la editora que querríais en vuestra vida.
¿Tu cabaña perfecta estaría en la montaña o en el mar? ¿Por qué?
¡Siempre en la montaña! Me la imagino rodeada de vegetación, pero con un escudo invisible frente a la humedad, el encrespamiento capilar y las picaduras de todo tipo de insectos y otra fauna cabin-friendly. Como es perfecta, hay un río muy cerca, y en las noches que no llueve (suele llover mucho, para que las gotas puedan crear sinfonías golpeando la ventana) se escucha su caudal bajar con urgencia hacia el mar. Mi cabaña está en la montaña, pero no sé cómo acabo de encontrarle un sendero directo hacia el océano. ¿Magia? No, es que es perfecta.
¿Cómo sería?
Pequeña y construida de manera artesanal. Al entrar, te recibe un suelo de madera barnizada en un tono anaranjado que irradia calidez. Las paredes de la kitchenette y el saloncito (con chimenea) se han convertido en biblioteca de tantos libros que acumulan (como en algunas calles de Madrid, están aparcados en doble fila). El sofá rojo de terciopelo te invita a zambullirte en mil y una historias con la banda sonora del crepitar del fuego (es indispensable la chimenea: no hay otra calefacción y ya te he dicho que llueve mucho).
El baño no es tan pequeño, porque tiene la joya de la corona del refugio: una enorme bañera para descansar a remojo. Y, finalmente, hay una habitación en la que la cama tiene un colchón Sofitel. Ahora que lo pienso, quizá la privación de sueño que conlleva el hecho de ser madre de un niño de un año me ha llevado a imaginar una cabaña en la que todo gira en torno al descanso y la lectura pacífica.
¿Cuál es ese momento en el que desconectas del día y que es más ‘cabaña’ para ti?
A las nueve de la noche ya he cenado y empiezo a bajar revoluciones. Puede ser leyendo, dándome un baño o alimentando (sin culpabilizarme) mi déficit de atención de la mano del scroll infinito de TikTok. Vivo en Madrid, en un piso: ni llueve ni tengo chimenea.
¿Qué no podría faltar nunca en tu cabaña?
Además de todo lo que he mencionado antes, es indispensable que tanto el menaje del hogar como la ropa de cama tengan prints que podríamos llamar cabin cozy: corazones rojos, cuadritos vichy, escenas de estilo chinoiserie...
Un libro para leer por la tardes en el porche.
¿Es posible elegir uno solo? Menos mal que tengo las paredes forradas de ellos. Ahora mismo estoy leyendo Un caballero en Moscú, de Amor Towles y Los demasiados libros, de Gabriel Zaid. Me los llevaría sin pestañear. Mientras que espero a que publiques tu primer libro (si es que alguna vez decides hacerlo), también creo que estaría bien algo que siente las bases del mood cabañil. Elijo Niadela, de Beatriz Montañez.
¿Qué canción o qué grupo sonaría siempre?
El agua de la lluvia, la traída del río, la estridulación de los grillos, el canto de los cucos, el ronroneo de mi gata y el crepitar de las brasas en la chimenea.
Un hotel cabañil o una cabaña a la que harías una escapada sin dudarlo.
Creo que solo existe en mi mente, pero me encantaría que César Manrique hubiera desarrollado un proyecto de cabañas en algún monte cantábrico. Ese sí que sería un lugar para invertir todos mis ahorros e hipotecarme de por vida.
Aquí puedes comprar los tres libros de los que habla Paloma:
Norfolk es uno de los entornos rurales que más me fascinan de Reino Unido. Además, es un paraje cabañil bastante importante. Ahora está en venta esta pequeña belleza, por unos 425.000 euros (según se mire, con el mercado como está en España para invertir en vivienda, me planteaba hipotecarme en esta cabañita en vez de en un piso en la ciudad).
Para los miembros más antiguos del club, seguro que os suena. Hablé de ella en la edición #21. Diseñada por Koto, es una casita prefabricada y sostenible de inspiración japonesa y noruega y basada en la arquitectura biofílica (esa que mejora el bienestar de las personas en la naturaleza).
Puedes ver más detalles e imágenes en la web de The Modern House, mi real estate favorito del mundo (y del que hablé hace unos meses en El País).
Felicidades! Salud y larga vida!
Me ha encantado! Y las imagenes que hizo la IA geniales