El cuestionario cabañil: Las Hijas de Felipe
Un refugio con tintes barrocos junto al mar, las cartas de Santa Teresa y Magnetic Fields de fondo. La perfección cabañil de Las Hijas de Felipe.
La entrevista de hoy me hace especial ilusión. Hace unos años, en esas casualidades que tiene internet, encontré un pódcast extraño, curioso, grabado en el cuarto de baño de un apartamento de Providence que hablaba de aventuras y desventuras de las monjas del barroco. Y claro, me enganché enseguida (por las monjas, por ellas, por saber qué habían desayunado o comido, o tal vez por la mismísima Santa Teresa presente siempre) porque Carmen Urbita y Ana Garriga tienen esa magia y esa química de querer todo el rato aprender y descubrir. Estas Doctoras en literatura barroca son Las Hijas de Felipe y son todo un fenómeno dentro del poblado mundo del pódcast. Verlas en directo es una delicia, lo comprobé hace un año en el Thyssen de Málaga. Un refugio para muchas, gusanillos complacientes a nuestros oídos.
Y hoy, feliz de traer el barroco a nuestro cuestionario cabañil.
¿Vuestra cabaña perfecta estaría en la montaña o en el mar? ¿Por qué?
En el mar. A pesar de nuestros rostros paliduchos y nuestras ojeras de biblioteca, somos unas criaturitas que se desviven por un ratito de vagancia junto al mar. De hecho, puede que la frase que más haya atiborrado nuestras conversaciones desde que nos conocimos en 2016 —después del maravilloso sintagma “grandíssima repugnansia” que le debemos a nuestra agustina recoleta favorita, María de San José— sea: “necesito de verdad irme a la playa”.
¿Cómo sería?
No estamos encaprichadas con un estilo arquitectónico particular, ni con un diseño específico: solo soñamos con un refugio marítimo lo suficientemente íntimo como para permitirnos gusanear —nuestro verbo favorito para el descanso— sin vergüenza ni pudor, pero lo suficientemente cerca de cierto jaleíllo como para no olvidar el ajetreo exterior. Porque no hay mejor clausura que la de un convento cerquita del barullo.
¿Cuál es ese momento en el que desconectáis del día y que es más ‘cabaña’?
Aunque es una desconexión engañosa que no trae absolutamente nada de sosiego, las dos encontramos mucho placer en consumir TikTok hasta la perversidad antes de dormir. Cada una con su algoritmo porque, como ya hemos dicho alguna vez, no hay nada más barroco que TikTok.
¿Qué no podría faltar nunca en esa cabaña?
Limones. Ninguna de las dos puede empezar el día sin su vasito de agua tibia con limón.
Un libro para leer por las tardes en el porche
¿Qué canción o qué grupo sonaría siempre?
The Magnetic Fields, 69 Love Songs.
Un hotel con espíritu cabañil o una cabaña a la que os escaparíais sin dudarlo.
Con esta pregunta nos hemos dado cuenta de que nos quedan muchísimas cabañas y muchísimos hoteles con espíritu de cabaña por descubrir, porque todavía no hemos encontrado el nuestro.
Ojalá, la verdad, pudiera una alojarse siempre que quisiera en las Descalzas Reales de Madrid, bien recogidita entre clarisas coletinas, lujo palaciego y el murmullo cercanísimo de Cortilandia. Puede ser que hasta que no inventen un hotel así no encontremos nosotras nuestra cabaña.
¿Tienes un milloncito de euros y no sabes qué hacer con ellos? En Cantabria se vende por 775.000 € una casa pasiega para reformar, en plena naturaleza y que mantiene su esencia: vigas de madera, muros de piedra, chimenea… ese calor de hogar cabañil perfecto para romper con la ciudad y cambiar de vida, muy cerquita de Comillas y sus playas.
La vende The Sibarist.
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Si está cerca de Comillas, no puede tratarse de una casa pasiega :) Las cabañas pasiegas tienen una tipología propia y se ubican en la comarca cántabra de Valles Pasiegos. Son bastante sencillas pero su ubicación suele ser espectacular, igual dan para una mención en futuras publicaciones^^ Gracias por tus newsletters!
Siempre me gustan muchos los invitados que traes, tanto los que conozco para conocerles un poquito más, como en este caso, para descubrir nuevos perfiles. :)