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Una cabaña brutalista entre secuoyas. Una escapada cabañil a Portugal. Una orquesta de plantas y poemas andantes. La única persona a la que le ha caído un meteorito, y velas que huelen a primavera.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Substack acaba de inaugurar su nuevo proyecto Notes, toda una llamada de atención a Twitter, que ha decidido bloquear los enlaces a nuestras newsletters. He estado curioseando esta nueva característica y por ahora me está gustando. Compartiré cabañas y cositas cabañiles extra por ahí, así que sois bienvenidos a participar y compartir.
El brutalismo es uno de mis estilos arquitectónicos favoritos; el hormigón desnudo, puro, en contacto con la vida del ser humano, me fascina; como un trabajo a medio terminar, pero que es perfecto así. Y hoy traigo al club una cabaña fuera de la norma, con espíritu brutalista en su fachada y un contraste con el paisaje que, sin querer, hacen un match perfecto.
Diseñada por el arquitecto Joseph Esherick (uno de los más destacados de la escena estadounidense), la cabaña se construyó a finales de la década de los ‘60 y era la demostración de que la vivienda asequible y de la mano con la naturaleza es posible. Su actual propietario quería renovarla por completo, mejorando su habitabilidad. El interior se forró de madera contrachapada para recuperar ese aspecto agradable y cálido protagonista de las cabañas y Framestudio fue el encargado de darle ese toque tan rural y artesano..
Tiene dos dormitorios separados por un tabique que se pliega cuando la cama de matrimonio no se utiliza, ganando en flexibilidad y espacio. Los grandes ventanales son una de las claves de este refugio de hormigón tan inusual, ya que dejan entrar, no solo la luz, sino la propia arboleda de secuoyas en cada una de las habitaciones.
La escapada de esta semana es en Portugal, en el único parque nacional del país, el Parque Nacional Peneda-Gerês, situado al noroeste y haciendo frontera con España. Un lugar de particular belleza y naturaleza frondosa, donde encontramos el alojamiento de la Quinta Lamosa. Entre sus cabañas hay una casa de árbol que tiene vistas preciosas y varias casas tradicionales de madera.
Para aquellos que quieren seguir trabajando pero desconectar de la ciudad, o simplemente cambiar de aires laboralmente, tienen servicio de coworking. Y además, son pet friendly. Una escapada a unas horas en coche perfecta para un puente largo.
Joan Brull y Vinyoles, Paisatge. Óleo sobre lienzo. Colección particular.
¿Sabías que tus plantas en casa son capaces de hacer música?
PlantWave es una app que convierte en audio la electricidad de las plantas, creando listas de sonidos y música para un ambiente relajante. Utilizan una tecnología de sonificación patentada por ellos que convierten esos biorritmos de la planta en música, detectando las variaciones eléctricas en las hojas, que se transforman en ondas de sonido. Estas se traducen en mensajes de tono que configuran distintas notas musicales que se tocan en los instrumentos musicales que ha diseñado el equipo. Según la longitud y el tipo de onda, se modificará el tipo de melodía que se crea.
El circuito utilizado en PlantWave es el mismo que el de un polígrafo. Es lo que se llama un psicogalvanómetro y se desarrolló originalmente para medir la respuesta galvánica de la piel (GSR) en humanos. PlantWave ha adaptado esta tecnología para detectar microfluctuaciones en las plantas.
Incluso la NASA utiliza esta técnica para determinar los sonidos del espacio. Si tienes curiosidad por escuchar, aquí un poco de monstera, poto y filodendro:
Javier Arce siempre me crea necesidades. Sus proyectos son un flechazo para mí, desde hace muchos, pero muchos años que nos conocemos. Es imposible que no me guste lo que hace. Y claro, ahora ha sacado su nuevo proyectito, y más cabañil imposible.
A Walking Poem es un generador de poemas psicogeográficos que utiliza las direcciones reales de Google Maps desde tu ubicación a un lugar aleatorio cercano. Una fantasía.
Puede que el nombre de Ann Hodges no te diga nada, pero ha sido la única persona del mundo a la que le cayó un meteorito del cielo y vivió para contarlo.
Esto sucedió en 1954 en Alabama, y a partir de este suceso, el autor e ilustrador Fabien Roché ha creado un cómic lleno de anécdotas sobre esta historia real, tocando desde la fama a la astromonía. El meteorito de Hodges está cuidadosamente ilustrado y contado, y es toda una belleza.
Una vela de primavera que, por supuesto, huele a primavera. La colección de The Inventory de The Singular Olivia es un festival de olores que te trasladan a muchos lugares. Su nº 32, Rosa de los vientos es perfecta para esta estación del año: rosa de mayo, té blanco y almizcle. Refinada, aventurera, fresca.