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Esta semana, versión vacacional reducida con una minicabaña en Colorado perfecta para leer, una isla perdida en Islandia y una casa del té, con la banda sonora perfecta, el nuevo álbum de Boygenius.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Como muchos estaréis de vacaciones, hoy una versión reducida de El Club de la cabaña para vuestro desayuno tardío de descanso.
Empezamos.
Esta pequeña cabaña es el lugar soñado para leer, escribir y desconectar. Aislada en medio de un bosque en Nederland, Colorado, tan solo mide 11 metros cuadrados. La diseñó el arquitecto Michael Quirk y se construyó reciclando y recuperando materiales desechados, desde la propia madera a las ventanas o revestimientos, lo que la convierte en una minicasa con huella cero de carbono y 100% sostenible, demostrando, además que es posible construir aprovechando elementos existentes y en equilibrio con el medio ambiente.
En la fachada, las tablas de madera utilizadas siguen el proceso de shou sugi ban, del que hemos hablado muchas veces y que es la carbonización de la madera para su mejor aislamiento y mantenimiento. En el interior, aislamiento de lana de cáñamo y paredes de abedul, para hacerla más cálida y luminosa. La cabaña se alimenta con energía solar todo el año, siendo eficiente energéticamente sin depender de la electricidad.
Este domingo vuelve la edición extra de La cabaña en la que querríamos vivir. Recuerda que si quieres recibirla (además de otros contenidos), puedes cambiar tu suscripción y, por solo 5 €/mes, disfrutar de este contenido exclusivo y mucho más.
Cuno Amiet, Landscape near Oschwand, (1929). Óleo sobre lienzo.
Llevo un par de días obsesionada con este tuit. No dejo de admirar el paisaje, la casa colocada en el centro de esa pequeña isla, como abrazado a la curva del acantilado. Ese verdor y ese olor (metafórico) a mar y a musgo a la vez.
Se trata de la isla de Elliðaey, que forma parte de las Islas Westman, al sur de Islandia. Está deshabitada en la actualidad, aunque la casa fue construida en la década de los ‘50.
Y como en este apartado hablamos de curiosidades, hay una leyenda urbana que dice que Björk vive aquí, pero nada más lejos de la realidad. Este error viene del año 2000, a raíz de un discurso que dio el primer ministro Islandés de entonces, en el que dijo que dejaría a Björk vivir gratis en una isla llamada igual.
Me gusta mucho la idea —y filosofía—de las casas del té japonesas y de cómo, en occidente, poco a poco se asienta la idea. En este caso, esa conexión con la naturaleza y el ritual del té se ha trasladado a la República Checa. GRAU Architects ha reimaginado este espacio diseñando un cubo de 3x3 en la orilla del embalse de Tešín y cerca un castillo.
Un diseño sencillo y basado en la contemplación del paisaje, el silencio y la metáfora de la ceremonia del té.
Algunas notas de hoy:
La cabaña de portada es de Instagram.
El jueves que viene volvemos con nuestra edición normal.
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El cuadro de esta semana lo he encontrado via Artnau, al que os obligo a seguir si estáis en Twitter. Arnau es uno de los mejores curadores de contenido de toda la red, y no lo digo porque nos conozcamos hace años, sino porque es la realidad. Maravilla perderse en su feed.