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Una cabaña que es un homenaje a la cultura marítima. Una posada alpina perfecta para un fin de semana de montaña. Un avión escondido en los bosques de Oregón. El silencio de los pueblos del Pirineo.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
El Cervino es una de mis montañas favoritas y me tiene obsesionada tras ver en bucle este vídeo grabado con dron que sube hasta la cima. Espectacular y magnético al mismo tiempo.
La semana que viene, con la entrada de la primavera, enviaré el especial de viajes. Si quieres recibirlo, recuerda que tienes que ser suscriptor de pago. Y como ahora sois unos cuantos nuevos por aquí, para celebrarlo y que os animéis a recibir los contenidos extra, tenéis un descuento solo esta semana:
Empezamos.
Lindisfarne es una de las áreas del sur de Tasmania con mejor calidad de vida. Y claro, una cabaña aquí es uno de los sueños más interesantes que se pueden tener. En este idílico lugar, el estudio australiano Maguire + Devine ha proyectado una cabaña marítima con mucha historia familiar.
Se ha diseñado para una escritora y su marido, a orillas del río Derwent. Esta pequeña vivienda está inspirada en los cobertizos para botes, ya que es una zona de navegación y recreativa muy conocida. Tanto la casa, de mediados de siglo, como la parcela pertenecen a la familia. Y quiere celebrar la vida junto al agua, homenajeándola a través de este refugio tan personal.
La fachada es de acero, imitando los cascos de los barcos y el interior está recubierto de tasoak (madera de encina de Tasmania), que proporciona una calidez especial a la estancia abierta. La sala principal, que une cocina y salón, está protagonizada por una chimenea de leña y una cristalera a dos aguas que parece estar navegando sobre el río.
Su perspectiva ofrece vistas espectaculares, pero a la vez, refugio y privacidad. Claramente visible desde todos los ángulos, se esculpió pensando en el paisaje, adaptándose a él, como si fuera una escultura que sobresale entre los árboles. El espacio perfecto para descansar, leer y escribir. Sin duda.
El Peterhof es un negocio de larga tradición familiar que se inauguró en 1954 en los Alpes austríacos y que, además, fue una de las posadas alpinas pioneras. Durante más de medio siglo ha hospedado a montañeros, excursionistas y viajeros de todo el mundo. En 2021 reconvirtieron el proyecto, ampliando el Peterhof en 10 chalets con un estilo minimalista, sostenible y orientado al descanso y al paisaje, de la mano de la herencia, la historia y lo contemporáneo.
Me parece una historia preciosa para una cabaña alpina, y un gran viaje. Puedes reservar aquí.
Paul Cézanne, The Sea at L'Estaque (1876). Óleo sobre lienzo.
¿Te imaginas ir paseando por un bosque frondoso en Portland y encontrarte con un avión de pasajeros convertido en vivienda? Pues sí, suena tan intrigante como parece. Pero hay más, resulta que el avión fue el mismo en el que viajaron los cadáveres de Aristóteles Onassis y Jackie Kennedy-Onassis. Loco, ¿eh?
Aquí, su dueño cuenta la historia, algo caótica, de vivir en una “cabaña” atípica en los bosques que, la mayor parte del tiempo resulta incómoda. Descubrí la historia aquí.
Se vende cabaña en los bosques de Oakland, a una horita y media de San Francisco. Por un poquito menos de un Euromillón, la necesidad está servida esta semana. Confieso que me planteo fuerte tener una sección de real estate cabañil por aquí, porque últimamente hay muchas joyas preciosas (e inalcanzables para el bolsillo). Pero oye, todo es soñar.
Esta semana la biblioteca se convierte en filmoteca. Hace unos días tuve la oportunidad de asistir al estreno en la sección oficial del Festival de Cine de Málaga del último largometraje de Elena Trapé, Els Encantats.
La película narra la historia de Irene (Laia Costa), que tras su separación se enfrenta por primera vez a la ausencia de su hija de cuatro años. Sin ser capaz de adaptarse a ello, viaja al pequeño pueblo familiar, en los Pirineos, donde intentará recomponerse. Laia Costa, reciente ganadora del Goya a mejor actriz, está absolutamente imponente, emocional, sabe hacer a Irene suya desde todos los ángulos. Consigue que se te haga un nudo en el estómago cuando mira al vacío y sientes a la vez lo que siente ella. Y eso, es muy difícil de conseguir en el cine.
El pequeño pueblo, Antist, es un pequeño paraíso pirenaico de esos abrumadores, que te hipnotiza por lo espectacular del paisaje y la tranquilidad que se respira. De esos perfectos para huir de Barcelona los fines de semana.
Trapé tiene la habilidad de contar historias cotidianas en las que parece que no pasa nada, pero en las que, en realidad, pasa todo. Los silencios, las miradas, el paisaje, todo forma parte de un hilo conductor que nos lleva al final. A veces las películas tienen que ser tranquilas, con sus espacios y sus emociones. Ríes y lloras a partes iguales con la historia, que te deja algo rota por dentro al final, cuando te encuentras totalmente identificada con Irene.
Para mí, sin duda, merecedora, de nuevo, de una Biznaga del festival, que ya ganó por Las Distancias en 2018.
Ahora que están tan de moda los vinos naturales, ¿por qué no les das una oportunidad? Si te apetece ir un poco más allá, probarlos y crear una pequeña bodega, The Natural Wine Company es el sitio perfecto. Este club de vinos online, nacido en Barcelona, tiene descubrimientos muy interesantes dentro del mundo natural. Puedes suscribirte a sus cajas mensuales (tienen varios tamaños y tipos) .
Algunas notas de esta edición:
La imagen de portada es de Instagram.
Brian Eno tiene un par de discos que me fascinan. La canción de hoy pertenece a su serie Ambient: On land, volumen 4. Si queréis iniciaros en estos volúmenes, empezad por supiesto por mi favorito, Music for Airports.