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Una cabaña construida pensando en la relación del ser humano y el entorno. Una escapada a Lanzarote y una tienda de campaña futurista de los años sesenta.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Esta semana estoy en Madrid bajo un manto de agua de esos intensos. El otro día, buscando algo que no tiene nada que ver, me encontré la historia de la hermana Sonia, una monja ermitaña que lleva diez años en la montaña, en Tarragona. “Esta valenciana de 45 años decidió hace unos años retirarse a lo alto de una montaña para vivir en soledad y en oración en la ermita de la Virgen de la Consolación. Iba a ser algo temporal, pero esta religiosa ya lleva más de una década con una vida en la que se siente plena”.
Y no he podido evitar acordarme del maravilloso capítulo de Las Hijas de Felipe, Ermitañas teatreras, monjas performers y actrices barrocas, con esas actrices barrocas convertidas en monjas, como La Baltasara, que dejó su compañía teatral y se retiró a una ermita en la sierra. Fantasía (amigx, si no escuchas este pódcast, no sé a qué esperas, porque como bien dicen Ana y Carmen, todo lo que te pasa ahora, ya le sucedió a una monja en los siglos XVI y XVII).
Empezamos.
Esta cabaña está escondida en los bosques de la región de Sainte-Béatrix en Lanaudière, Quebec.
Su premisa era la de conectarse a la naturaleza, que el refugio fuera toda una aventura sensorial con los árboles y el paisaje. Y por eso, se encargó el proyecto a Nature Humaine, un estudio enfocado en la relación del ser humano con el entorno, donde la arquitectura es un medio que tiene la capacidad de influir en nuestras emociones. Y eso hace aún más especial este proyecto.
La Cime (como la bautizaron) se encuentra situada en un terreno densamente arbolado, desde donde se ve el río y cierto desnivel. De esta manera, esta tiny home está situada a tres metros y medio sobre el suelo y anclada en columnas de acero galvanizado, contribuyendo así el impacto de la construcción en la cubierta vegetal y permitiendo el flujo natural del agua de lluvia y deshielo. Es, además, una construcción sostenible y energéticamente eficiente.
La casa se inspira en la arquitectura tradicional de chalés y casas de montaña canadienses, pero con un giro más actual y minimalista gracias a su volumen y ventanales de cristal apaisados que dejan entrar las vistas al interior. Se ha utilizado en la fachada madera de pino pre-envejecida, proporcionando ese peculiar color grisáceo de los muros. Por dentro, también pino blanco sin tratar y suelo de hormigón pulido, con gran cantidad de detalles que hacen la cabaña acogedora y cálida.
Entre los dos niveles se reparte el dormitorio, la cocina, el salón y el baño, además de una sauna al estilo Hamman donde disfrutar del bosque y de la sensación de estar en una casa flotante mientras te das un baño.
Una cabaña que invita a la tranquilidad y a la sencillez, a pasar el tiempo sin mirar el reloj y desconectar de verdad.
Ahora comienza la temporada alta de turismo en Canarias y qué mejor que planear una escapada a Lanzarote. Es una de mis islas favoritas, silenciosa, con paisajes espectaculares, buen vino y buena gastronomía.
Buenavista Lanzarote son cinco suites rurales rodeadas de paraíso volcánico; un lugar familiar donde la calma es el centro de atención, donde disfrutar de un ritmo sosegado y sentirte como en casa.
Puedes reservar en su web.
Magali Brueder, Fin de journée en montagne (Savoie) (2018). Rotulador sobre papel.
Ron Herron fue un conocido arquitecto británico, miembro del movimiento Archigram de Londres, un colectivo experimental fundado en la década de los sesenta, que desafiaba las convenciones de la arquitectura tradicional y se acercaban a propuestas futuristas y utópicas, creando entornos habitables flexibles y accesibles, al servicio del ser humano. Herron es conocido, sobre todo, por sus ideas sobre movilidad y su proyecto Walking City, una visión de la ciudad móvil y tecnológica, que podía desplazarse para adaptarse a las necesidades de sus habitantes.
En 1965 desarrolló la idea del Air Hab, una especie de tienda de campaña inflable que se adaptaba a todo tipo de entornos y que podías llevar en el coche. Un refugio temporal y portátil para pasar los fines de semana.
Su diseño planteaba un hábitat temporal y flexible que podía instalarse rápidamente ofreciendo una solución radicalmente innovadora frente a las construcciones tradicionales. Air Hab combinaba materiales ligeros y tecnologías neumáticas simbolizando esa búsqueda de una arquitectura más dinámica, nómada y accesible.
Puedes ver más imágenes aquí.
Soy bastante fan de Tiny House Expedition, un canal de YouTube que busca gemas de la arquitectura en forma cabañil a lo largo y ancho de Estados Unidos. Sus creadores, Alexis y Christian tienen su propia tiny home sobre ruedas y están renovando una cabaña en A.
Revisando antiguas newsletters, me topé con una cartita de Alba Correa sobre sus lecturas de 2024 y hablaba de Paisaje Nacional, de Millanes Rivas. Ella lo describe como un relato especial y entretenido, con historias y relatos intergeneracionales. Y me gustó mucho lo que contaba. Así que, me lo compré. Aún lo tengo en la mesita de noche, pero lo que he ojeado, me ha gustado bastante. Te dejo la sinopsis:
En El Álamo, un antiguo pueblo de colonización de los que el franquismo inventó para desarrollar su política agraria, se ha asentado un grupo de okupas. Allí se encuentra el narrador de esta novela cuando se le presenta una aparición. Esa aparición y su mensaje dan pie a un improbable road trip entre un joven y sus tres tías, La Mayor, La Mediana y La Lady Di, hacia el reencuentro de una familia fragmentada por la herencia, agitada por un nuevo testamento sentimental. Un viaje de vuelta al lugar del que se fueron sus antepasados para recuperar, como los arqueólogos en la tierra, la historia familiar.