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Esta semana, una cabaña al más puro estilo Walden, una escapada a una casita alpina en Navacerrada y la historia del director Derek Jarman y su testamento cabañil.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
He de decir que agradezco que se hayan terminado las Navidades. He sentido que este año han sido las más largas de mi vida, y soy adicta a la rutina, qué le vamos a hacer. El martes fue mi cumpleaños y ya estoy muy metidísima en esa década de los cuarenta (los 43 han llegado pegando fuerte) que dicen que son los nuevos treinta y esas cosas.
Este domingo vuelven las entrevistas cabañiles. Tenía muchas ganas. Ya sabes, el primero de cada mes en tu buzón una dosis extra del club. Si te apetece leer las anteriores, puedes hacerlo aquí.
Empezamos.
Hace tiempo que el concepto de cabaña se ha diluido en el mundo de la arquitectura en esas casas rurales de madera, aisladas, preciosas… cuando, en realidad, lo que hace cabaña a una cabaña es el tamaño. Son viviendas de metros reducidos y, muchas veces, sin electricidad o agua corriente. Dice la RAE que es una casa pequeña de una sola planta que se suele construir en parajes destinados al descanso. Así que, haciendo honor a esta definición, hoy traigo uno de esos refugios esenciales que está inspirado en una de las casitas más relevantes de la historia cabañil: la de Thoreau en Walden.
Situado en el parque Noorderpark de Utrecht en Países Bajos, esta cabaña está construida para dar cobijo y descanso a los voluntarios que mantienen el parque. Está escondida en el bosque y pensada para que la vegetación la oculte al máximo y pase desapercibida, mezclándose así con el paisaje. Además, la fachada de color verde, revestida en aluminio, sirve como protección y camuflaje.
Sus pequeños 35 metros cuadrados están abiertos al exterior, con una pequeña área de descanso, de comedor, cocina y chimenea de leña central. Está fuera de la red, no tiene agua corriente ni electricidad y es perfecta para dormir o guarecerse del mal tiempo en un espacio que respeta al máximo la naturaleza que le rodea y el entorno.
¿Sabías que en Navacerrada hay una casa alpina que hace que viajes en el espacio-tiempo al corazón de los Alpes? Casa Nima es una cabaña de madera y piedra rodeada de naturaleza y con un jardín enorme para pasearlo y disfrutar.
Puedes reservar aquí.
René Magritte, The Empire of Light, II (1950). Óleo sobre lienzo.
Derek Jarman fue un director de cine y videoclips británico muy prolífico en la década de los 70 y 80. Dirigió, por ejemplo, la mítica There is a light that never goes out de The Smiths, e It’s a sin de Pet Shop Boys, o su versión de Caravaggio con unos jóvenes Sean Bean y Tilda Swinton. Fue activista por los derechos de los homosexuales en la época más dura del Sida, enfermedad de la que murió en 1994.
Jarman, también, tuvo una cabaña. Y no una cualquiera. Una cabaña donde prepararse para la muerte. Cuando fue diagnosticado en 1986 de VIH, decidió marcharse de Londres y vivir junto al mar y se compró una pequeña cabaña de pescador en Dungeness (Kent). Prospect Cottage está situada en la costa, en un paisaje complejo, muy cerca de una central nuclear, en un área sombría e inhóspita, donde apenas crecía vegetación y el tiempo era algo extremo. Y entonces, se puso a trabajar, creando su última obra: remodeló la playa de grava que rodeaba su refugio, convirtiéndola en un jardín con esculturas y flores. Plantó violetas, valeriana y otras plantas que consiguieron aguantar fuertemente el clima. Y así diseñó su cabaña para morir, su jardín para el más allá. Creó ese hygge en un lugar que se suponía que no podía ser acogedor.
Para él, ese proceso de jardín casi imposible era una relación directa y metafórica con el desarrollo de su enfermedad. Escribió en su diario que era terapia. Vivía allí para aprender a morir. El esfuerzo de ver crecer esas plantas, que sobrevivían, le recordaban el precio de la vida, de aquello que iba a abandonar cuando falleciera.
Aunque este proyecto nunca fue pensado para el público, tras su muerte, el lugar adquirió un protagonismo propio, convirtiéndose en un lugar de peregrinación para muchos que recibe miles de visitantes. Años más tarde, la Fundación de Arte británica recaudó dinero suficiente para comprarla y en 2020 pasó a ser parte del fondo de casas históricas del país.
tree.fm es una de mis webs favoritas desde hace algunos años. Una radio digital en la que puedes escuchar, de forma aleatoria, el sonido de cualquier bosque del mundo, para ayudarte a desconectar, relajarte y salir de la rutina diaria del ruido y la productividad.
Para mí es un ruido de fondo que puedo tener de manera constante mientras realizo tareas que requieren concentración, cuando escribo, o simplemente, de fondo en casa mientras hago cualquier cosa.
Mis amigos de Estudio Santa Rita me han regalado esta maravilla para mi cumpleaños, porque los animales e insectos también construyen cabañas. Animales arquitectos de Juhani Pallasmaa es un ensayo muy entretenido donde se narra la labor arquitectónica de otras especies, desde protozoos a primates revisando desde un punto de vista muy original esa capacidad constructora de los seres vivos.
Tus cartas son cabaña, ay.
Preciosa carta. Gracias por la información sobre tree.fm. Todo un descubrimiento! :-)