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Conseguir la cabaña perfecta con un presupuesto limitado es posible, y el ejemplo está en Praga. Además, el chalet alpino viral de Anatomía de una Caída y la locura rosa cabañil de Andrés Reisinger.

Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.

Ya somos más de 5000 personas en el club cabañil, GRACIAS. Ojalá celebrarlo en una gran cabaña todos juntos (al estilo del cumpleaños de Saltburn, pero sin catástrofes, claro). Me sigue pareciendo increíble que haya tanta gente adicta a estas casitas de madera.

Empezamos.

Esta cabaña tan curiosa se encuentra en una parcela a las afueras de la ciudad de Praga. Sus dueños, dos profesores, tenían un terreno en el que querían construir un refugio para escapar de la ciudad y poder disfrutar de la naturaleza y el paisaje, una tradición (la de las casas rurales) muy arraigada en la cultura checa.

Esta cabaña es perfecta para desconectar, dormir y pasar tiempo al aire libre. Recurrieron al estudio de arquitectos Byro Architects y, con un modesto presupuesto de 43.000 euros, hicieron realidad su sueño.

Este pequeño pabellón no está conectado a la red y funciona a través de un panel fotovoltaico, convirtiéndola en un buen ejemplo de casa pasiva, sostenible y con mínima huella de carbono. Entre los materiales más destacados, se usó para la fachada una madera carbonizada (yakisugi), inspirada en las casas tradicionales y la arquitectura rural vernácula. A ello se le añadieron unos paneles de policarbonato que se pliegan y despliegan para cerrarla y protegerla.

Todo el interior es de madera de abeto y suelos de alerce, con muebles y estanterías empotrados para ganar espacio y crear una sensación de mayor volumen. Un segundo nivel, en forma de altillo, alberga el dormitorio, con una claraboya para iluminar el conjunto que, además, ayuda a la ventilación cruzada de toda la casita.

Personalmente, es de esas cabañas que siempre guardo como referencia para ir robando ideas. Y ojo, es un caso de estudio perfecto para ver un resultado muy chulo con un presupuesto muy limitado.

Muy enamorada de esta cabañita en Tivenys (Tarragona). Se encuentra en mitad de un olivar y tiene una piscina natural. Además, está totalmente desconectada de la red, alimentada por energía solar y agua de manantial. Siguiendo la filosofía sostenible, todo el proyecto está basado en la permacultura, aprovechando los residuos y reciclando al máximo. La parcela donde se encuentra es una granja donde trabaja la familia dueña de la cabaña; tienen aceite de oliva propio, y huevos frescos cada día. Además, son pet friendly.

Puedes reservar aquí.

Gustav Klimt, Kammer Chateau near Attersee I (1908). Óleo sobre lienzo.

Estos días me ha llegado un aluvión de mensajes compartiendo el mismo enlace: “Eva, que la cabaña de Anatomía de una caída se puede alquilar en Airbnb”. Así que, ha sido imposible no compartir por aquí esta semana esa fantástica casita de madera testigo de algunos sucesos (no quiero hacer spoilers para quien no ha visto la película aún). Imagina si el boom en Internet ha sido tan grande que se han visto obligados a cerrar reservas y actualmente no es posible seleccionar fechas para dormir allí.

El chalet lo tiene todo, es la esencia de lo alpino, la madera y la montaña, a 1400 metros de altura en el corazón de los Alpes franceses.

Por si quieres cotillear más, puedes verla aquí.

Muy obsesionada con las cabañas de Andrés Reisinger.

Últimamente vivo en una especie de bucle de estrés emocional y laboral que hace que no me apetezca mucho levantarme de la cama y convertirme un poco en la protagonista de esta historia. Mi año de descanso y relajación, Ottessa Moshfegh podría ser un poco mi imperio romano estos días. Esta novela habla de un Manhattan de los dosmiles, con una narradora muy particular que decide encerrarse en su piso durante un año, en uno de los mejores barrios de la city. Cine, pastillas, aburrimiento, aislamiento… y cómo sobrellevar y sobrevivir en esa situación.

Una maravilla. Editado por Alfaguara.

Algunas notas de esta edición:

• La cabaña de portada las fabrica Both Stores, especializados en refugios sostenibles y prefabricados.