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Una cabaña llena de color en Cercedilla. La escapada del otoño está en este bosque de Portugal. Esta semana, el libro de la Biblioteca Walden lo decides tú, que estrenamos comunidad en Telegram.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Estoy muy obsesionada con esta web que te crea sonidos según las diferentes actualizaciones que va haciendo la Wikipedia. Dejarlo de fondo mientras trabajo ha sido una de las desconexiones más brutales que he tenido esta semana, lo confieso. Cada sonido se identifica con una acción, por ejemplo, las campanas es contenido añadido o los golpes de cuerda lo borrado, y el tono va cambiando según la longitud de la edición. Una verdadera fantasía.
Empezamos.
Siento admiración por el trabajo de Lys Villalba, por su manera de entender la arquitectura, las formas y el color. Uno de mis proyectos favoritos es esta cabaña en Cercedilla (Madrid) que es un “dejo la ciudad y me mudo al campo” en toda regla.
Un matrimonio con sus hijas heredó esta casa de campo construida en los años ‘70, y decidieron entonces hacerla crecer y adaptarla a su tipo de vida, una mezcla entre lo urbano y lo rural. Se decidió hacer en tres fases, para mejorar poco a poco sus condiciones: desde el aislamiento a su conexión con el paisaje y el consumo energético. En esta primera fase, se realiza una ampliación moderna y llena de color formada por tres volúmenes con la fachada revestida de cerámica, en contraste a la vivienda original —que recuerda a una de esas cabañas alpinas clásicas—.




Los materiales originales no rehabilitados del muro y el tejado se han reutilizado dentro de la casa, en forma de mobiliario, reciclando y dándoles una nueva vida. Ahora el techo es la mesa de comedor, formada con cuatro viejas vigas, la antigua fachada es un largo banco hecho de vías de ferrocarril recuperadas, las contraventanas rojas ahora también son puertas, la pizarra del tejado antiguo será parte del nuevo muro exterior… Haciendo que lo antiguo forme parte de lo nuevo y le dé mucha más personalidad a ese espíritu rural.
Poco a poco, este refugio en la sierra de Madrid irá transformándose y creciendo para adaptarse a las necesidades de la familia.




Esta cabaña es una oda al otoño, el paisaje desde esta casita en el árbol es perfecto para disfrutar del cambio de color de las hojas y el bosque, se respira silencio y tranquilidad en todas sus esquinas. Se encuentra en Portugal, en la zona de Vilar de Viando, un pueblito junto al río Cabril, y a poco más de una hora en coche de Oporto.
El Refúgio das Poldras es un bungalow con vistas a la orilla del río, con el interior de madera y suspendida en el tronco de un árbol. A su alrededor, 15.000 metros cuadrados de bosque para pasear. Maravilloso.
Puedes reservar en Airbnb.
Claude Monet, The water-lily pond (1899). Óleo sobre lienzo.
El Árbol de Tule, es el árbol con el tronco más grande del mundo. No se sabe a ciencia cierta su edad, pero se estima que tiene más de 2000 años. Su diámetro es de unos 14,5 metros aproximadamente, o lo que es lo mismo, unas treinta personas con las manos entrelazadas para abrazarlo. Tiene 42 metros de alto y una espectacular copa de 58. Y ojo, en su sombra caben hasta 500 personas. Vamos, espectacular.
Esta maravilla de la naturaleza, cuya variedad en el mundo botánico se llama Taxodium huegelii, se encuentra en Oxaca (México) y fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003.
New Farmer es un experimento postfotográfico creado con inteligencia artificial del fotógrafo Bruce Eesly. El proyecto aborda la idea de un mundo distópico tras la Segunda Guerra Mundial, e investiga sobre la propaganda, la relación del hombre con la naturaleza, su uso de ella, la fiabilidad de las fotografías y cómo percibimos la historia a través de lo que sucede en ellas, pudiendo cambiar nuestra perspectiva.
“Tras la Segunda Guerra Mundial, los científicos desarrollaron nuevas variedades superproductivas de cultivos que —con grandes aportaciones de fertilizantes, pesticidas y agua— podían producir más alimentos que los cultivos tradicionales. Esto se conoció como la Revolución Verde y allanó el camino para la agricultura industrial actual”.




New Farmer quiere servir también de denuncia a la disminución de variedades de semillas, de las que hemos perdido un gran porcentaje, creando un sistema de alimentación basado en pocas semillas y plantas, lo que afianza la pérdida de esa herencia, el aumento de plagas y que el cambio climático tampoco favorece. Añade, al final, un listado de lugares y asociaciones que ayudan a preservar estas semillas.
Esta semana he decidido que seáis vosotros los que me recomendéis un libro que tenga esa esencia cabañil y de refugio. No tiene que ser necesariamente sobre cabañas o naturaleza, simplemente que sea ese punto de desconexión, esa historia a la que siempre vuelves, que te hace desconectar absolutamente de la rutina y el ruido, como lo es para mí El País de las últimas cosas de Paul Auster.
Y esta excusa sirve para darle la bienvenida al nuevo canal de Telegram, donde os iré enviando cabañitas y contenido extra, y vosotros podréis formar parte de la comunidad y compartir lo que más os gusta. No os prometo constancia, estoy trabajando en ello, pero sí muchas necesidades bonitas.
Comparte tu libro cabañil en el canal para crear nuestra biblioteca compartida:
¿A qué huele un bosque? Los chicos de Bravanariz lo saben bien y por eso han creado BOSC que, según sus propias palabras, es lo más parecido a un paseo de madrugada por las entrañas de un bosque húmedo de robles y encinas. Además de ser uno de los clásicos de la marca, es un homenaje a los tres paisajes más característicos del Empordà: montaña, llanura y costa. Tiene musgo de roble, enebro, pino, romero y un toque de naranja dulce.
Hace tiempo que salieron por aquí y qué mejor que el otoño para este perfume 100 % natural.
Algunas notas sobre esta edición:
Islandia es bonita la mires por donde la mires, la foto de portada es de esta galería de Instagram.
Recuerda que voy añadiendo cada semana la canción a la lista del club y la puedes escuchar aquí.
La canción de hoy es una cover de esta absoluta maravilla de Matt Maltese que me encanta. La versión de Sarah Cothram, por cierto, sale en la nueva temporada de The Morning Show.