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#112
Un refugio de montaña con presupuesto ajustado en el corazón de los Pirineos. Una escapada a París muy cabañil. Un restaurante Michelín en una cabaña de las Islas Feroe.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Últimamente me obsesionan los vídeos de recetas en Instagram y Tiktok; no puedo dejar de miraros y hacer scroll de uno a otro. Me fascina como en tan solo unos segundos una receta complicada pasa a ser lo más sencillo del mundo (aunque luego, cuando la pruebas en casa, te das cuenta de que no, de que el desastre culinario está en camino). A raíz de eso, he leído este artículo que habla sobre cómo estos contenidos han ido conquistando el mundo desde la década de los cincuenta. Una maravilla.
He recopilado todas las canciones que han salido en la newsletter desde 2021 en esta lista de Spotify a la que podemos bautizar como la banda sonora oficial. Cada semana iré añadiendo la canción del jueves. Te recomiendo que la escuches en modo aleatorio, siempre es más divertido no saber qué va a sonar después.
Empezamos.
Hacía mucho que no salía por aquí destacada una cabaña en territorio español. Nos vamos a los Pirineos, donde el estudio Mogas Arquitectes ha planteado una cabaña perfecta para ese paisaje y que también es un ejemplo de cómo un presupuesto ajustado puede crear una cabaña con todas las comodidades y bien bonita.




La cabaña está inspirada en los refugios de montaña clásicos y tiene 100 metros cuadrados. Debido a la pendiente de la parcela y su forma alargada, tenían que dar con una solución de construcción que fuera barata y cumpliera las expectativas de los dueños, además de ser lo más sostenible posible y talar el mínimo de árboles para no perjudicar al medio natural. Así que, mediante tres módulos prefabricados consiguieron crear esta preciosa casita de madera con vistas al bosque y la montaña.
La fachada está hecha de pino Douglas y tratada para llevar mejor los cambios de tiempo y los grandes marcos blancos de las ventanas, en contraste, de acero. En el interior, se aprovechó al máximo el espacio habitable creando dos niveles separados por una escalera de madera, con un espacio abierto y conectado en la planta baja que une la cocina —de IKEA— con el salón y el porche.
¿Mi rincón favorito? La esquina de lectura que hay encima de la cocina, más cabañil imposible.
Ahora empieza la época bonita para visitar París. Y seguramente te estarás preguntado que qué tiene que ver la ciudad francesa con las cabañas. La respuesta tiene dos palabras: Hotel Cabane. Un hotel urbano con una pequeña cabaña de madera en el corazón de la ciudad, escondida en su jardín, que es el remanso perfecto de desconexión para el ajetreo y la rutina.
Puedes reservar aquí.
Georges Braque, Landscape near Antwerp (Paysage près d’Anvers) (1906). Óleo sobre lienzo.
Loquísima con esta treehouse escondida en mitad de Nueva York. Se encuentra dentro de uno de los parques más bonitos que hay (para mi gusto) dentro de la ciudad. El jardín botánico 6BC Garden se encuentra en el Lower East Side y fue fundado en 1981 tras un trabajo comunitario de los vecinos, para mantener las parcelas abandonadas de la zona y crear un espacio común verde y público. A mediados de los ‘90 se convirtió en un jardín botánico de manera oficial y es, además, el único de todo Manhattan dedicado a la biodiversidad y la educación medioambiental. Y ahí, en su corazón, esa zona verde tan bonita alberga una casa de árbol a la que todos pueden acudir, convertida en rincón de lectura y biblioteca improvisada.
KOKS es el restaurante al que todo amante cabañil debería ir al menos una vez en su vida. No hablo por aquí casi nada de gastronomía, mal por mi parte, pero desde hace muchos años, voy tachando de mi lista restaurantes de estrellas Michelin o the 50th Best a los que siempre he querido ir. Y ahora este dos estrellas dentro de una cabaña se ha colado en el top de esos a los que me encantaría ir, comer, disfrutar y recordar siempre.
Abierto en 2011 en las Islas Feroe, actualmente se encuentra en una pequeña aldea pesquera al oeste de Groenlandia mientras reforman el restaurante de las islas. De esta manera, se planteará una nueva visión de la cocina nórdica con productos y herencia de su nueva tierra de adopción. El paisaje es espectacular, por supuesto, ya que están a orillas del fiordo helado de Ilulissat, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El alma de KOKS la pone Poul Andrias Ziska, que sigue la estela de la escuela de cocina nórdica y ha pasado por los fogones de Mugaritz. Ha llevado la cocina local feroés a un lugar único desde la sostenibilidad y el producto puro. Sus claves: fermentar, salar, ahumar y secar.




Yo, mientras, abro boca con su libro de cocina. Y si te atreves a dar un salto a Groenlandia, puedes reservar aquí.
Ahora que empieza el otoño, también comienza la temporada de setas. Y qué mejor que aprovechar la nueva colección de jarrones de DOIY para dar ese aire otoñal a nuestro rincón favorito de casa. Son de cerámica y tienes tres tamaños a elegir. Una belleza.
Algunas notas sobre esta edición:
La cabaña de portada es de Instagram.