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La combinación de cabaña y piscina es la mejor del mundo, y la de hoy en Australia es el paraíso. También nos escapamos de fin de semana a la Rias Baixas y a un pequeño refugio en un lago.
Hola, saludos desde lo más profundo del bosque.
Ya estamos en verano y yo me he puesto la tecla de cabañas fresquitas en medio de bosques para no pensar en las olas de calor que ya se han instalado en nuestras rutinas. Por cierto, bienvenidas todas las caras nuevas del club, espero que disfrutéis de esta píldora de desconexión de la rutina.
Empezamos.
Ya lo he dicho alguna vez, pero el santo grial y cosa más favorita del mundo es la unión de cabaña y piscina. No puede haber mezcla mejor. Como dice Anabel Vázquez, “la piscina es mi tienda de indio al fondo de un jardín, mi cabaña en el árbol (…). Es un escondite y un refugio”.
El estudio de arquitectos Sealand diseñó esta cabaña para una familia que quería reconectar con la naturaleza y ver crecer a los hijos en un entorno más libre. Por ello diseñaron este refugio en el corazón de la sabana australiana, al este del continente, en la zona del río Noosa. Se inspiraron en las construcciones indígenas y tradicionales coloniales de finales del siglo XIX, creando una mezcla perfecta de estilos que respetan al máximo la sostenibilidad del terreno. En la fachada se utiliza un tipo de madera dura, local, que aguanta y protege de la extrema meteorología de la zona. El tejado a dos aguas es metálico y resistente a los incendios forestales.
En el interior, también de madera combinada con piedra, el volumen se reparte en una zona central donde hacer la vida más social y relajada (cocina, salón), situando las zonas privadas en los extremos de la casa. Las grandes puertas correderas conectan lo de dentro con lo de fuera, haciendo aún más importante la relación con el paisaje circundante y promoviendo la iluminación natural al máximo en todas las estancias.
En el jardín, la piscina mira al bosque, y está pensada como un pequeño lago natural que forme parte de la arboleda, donde sentarse a mirar mojándose los pies, o nadando casi entre los árboles sintiendo el cambio de las estaciones.
Una cabaña cálida y de espíritu tradicional perfecta para una joven familia que quiere crecer.
A 22 km de Santiago de Compostela, en la comarca del río Ulla, estas seis cabañitas son una de las escapadas perfectas para cualquier día de este verano. Además, su historia es bonita, ya que los dueños son un padre y su hija que quisieron conservar las tierras donde crecieron ambos y donde la mujer siempre ha sido un pilar en el mundo rural. Y como homenaje, Enoturismo María Manuela además cuenta con una viña de uva albariño con vinos de elaboración propia con D.O. Rias Baixas.
Cada cabaña, de madera, cuenta con terraza, chimenea y jacuzzi y reciben su nombre de los árboles en los que se encuentran construidas, además son especiales, ya que salvaron una carballeira (bosque de robles típico de Galicia) de ser talada, contribuyendo a mantener el gran valor ambiental y cultural de la zona.
Jiyoung Park, Yearning (2023). Óleo sobre lienzo.
Una pareja allá por los años ‘60 estaba tan obsesionada con los cuentos infantiles, que creaban sus propias figuritas. Como proyecto de jubilación, buscaron el lugar perfecto en el que dar rienda suelta a esa artesanía, y compraron un bosque en Canadá para una pequeña aldea muy fairytale. El Bosque Encantado abrió al público como parque de atracciones en esa misma década y que, 63 años después, sigue siendo una de las principales zonas de ocio de la Columbia Británica.
Curiosamente, aquí se encuentra una de las casas de árbol más espectaculares y altas del mundo. Tiene 15 metros de altura y de verdad, parece sacada de cualquier cuento de la época de Hans Christian Andersen.
FLO es un proyecto de Studio OSMA construido en 2020. Esta cabaña flotante se sitúa en el lago Rodenesjoen, a una hora de Oslo. El pequeño espacio es abierto e incluye cocina, salón y dormitorio con una gran chimenea como protagonista.
Los materiales usados se inspiraron en las construcciones flotantes de la zona, al igual que las escaleras que convierten el lago en una piscinas única y peculiar para los que se alojen en este refugio.
Una belleza pensada para disfrutar el paisaje noruego en su máximo esplendor.
El otro día estuve ojeando uno de los últimos libros editados por Kinfolk, dedicado a la vida del campo. Kinfolk Wilderness relata historias a cámara lenta y dentro de la naturaleza; desde cabañas en Nueva Zelanda a ranchos de vida tranquila en la Patagonia, pasando por la meditación en Bután.
Con consejos prácticos sobre la relación del hombre con la tierra, es un coffeetablebook de esos que puedes leer y releer de vez en cuando.
Coser no es solo cosa de chicas, y este es un tabú que tenemos que romper, eso está claro; tengo muchos amigos que hacen punto de cruz y petitpoint porque les relaja muchísimo en épocas de estrés. Y es cierto, bordar es una de las actividades más relajantes que existen; así que, este verano te propongo darle a la aguja y el hilo y elegir kits de medio punto o de cruz para apañar las tardes más frescas de estas semanas.
We are knitters son especialistas en punto, y tienen unos kits diseñados por diferentes ilustradores (Coco Dávez, Junique, Juanjo Oliva…) que son una belleza y aptos para todos los niveles.
Algunas notas de la edición de hoy:
La foto de portada es una cabaña de escritor en toda regla, es un retiro creativo en los Catskills neoyorkinos para escritores y artistas.
Lo nuevo de Sigur Ros suena a cabaña, y me recuerda que hace poco se cumplieron 20 años de ( ) uno de los discos que he escuchado más veces y con una de mis canciones más favoritas de siempre.